Columnas de Opinión

Día de la enfermera y el camino hacia la profesionalización

El presente día se celebra el natalicio de Florence Nightingale (1820), quien a pesar de la
fuerte oposición de su familia logró formarse como enfermera. La negativa se fundaba
en que, en aquella época, la profesión de enfermera estaba asociada al cuidado
doméstico de mujeres de la clase baja trabajadora, lo cual no tenía nada que ver con una
joven culta como Florence.

Por: Karen Seguel Herrera, Magíster en Bioética y Salud Pública, docente carrera Enfermería UST
Los Ángeles.

El principal aporte de Florence a la profesionalización del cuidado fue su interés por la higiene
durante la guerra de Crimea, así como la importancia que le dio al papel de la enfermera en la
organización del entorno.
Estos aspectos se deben en gran medida a su forma de entender las causas de la enfermedad. Para
ella, Dios había creado las miasmas (pestilencia que emanaba de cuerpos en putrefacción) para
que el hombre pudiera conocer sus causas a través de la observación y prevenir su reaparición
mediante la organización del entorno.
Esta es la primera diferencia entre el médico y la enfermera. También consideraba que nunca se le
había enseñado nada sobre la naturaleza de la enfermedad, sino que había aprendido a través de
la experiencia, la observación y la reflexión.
De este modo, había aprendido la realidad evidente de la enfermedad a través de la
“observación”, que es un elemento principal dentro de las cinco etapas del proceso de enfermería,
y que en la actualidad nos entrega un método acabado para tomar decisiones frente a las
respuestas humanas.
Gracias a este método científico para procesar el conocimiento sobre las respuestas humanas
frente al problema, se llega a lo que la sociedad espera de un buen profesional: El reflejo de las
mejores decisiones.
En Chile la profesionalización del cuidado ha sido un camino bastante complejo comenzando
recién en 1906 con la escuela de enfermeras que encabezó el Dr. Moor. La influencia
norteamericana que impulsó la formación y capacitación de profesionales en áreas estratégicas
para esos años, como la promoción y prevención en salud, brindó alternativas frente a la
problemática social de vulnerabilidad económica y altísima tasa de mortalidad infantil.
Aquí entra en juego la enfermera chilena Sofía Pincheira con la integración de la carrera a la
universidad, la creación del colegio de enfermeras, los avances en promoción y prevención, así
como también la enfermera norteamericana Sara Adams quien impulsó la autonomía de las
enfermeras solicitando a la comunidad médica un mayor reconocimiento del trabajo de las
mismas diferenciándolo del servicio doméstico del Chile de la década de 1930.

Hoy en día gracias a estos acontecimientos contamos con un cuerpo de conocimiento propio
basado en nuestro fenómeno de estudio “Metaparadigma de enfermería: Cuidado, Salud, Persona
y entorno”.
A través de nuestros modelos y teorías se introducen las respuestas humanas observadas de la
persona, familia y comunidad aplicando nuestro proceso de enfermería para así lograr la mejor
decisión frente a las respuestas humanas observadas.
En la Universidad Santo Tomás tenemos establecidos cuatro sellos valóricos: Amor a la verdad,
Pensamiento Crítico, Excelencia y Esfuerzo, Fraternidad y Solidaridad, los cuales se vinculan con
todos los elementos del proceso de la enfermería pudiéndose observar además en la trayectoria
de aquellas personas que formaron hitos importantes en la profesionalización del cuidado.

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