En las últimas horas, se ha viralizado una carta compartida por Carolina Cors, quien dio a conocer el caso de su hija Catalina Cayazaya, la cual se suicidó tras sufrir malos tratos durante el internado que cursaba por sus estudios de Terapia Ocupacional (TO) en la Universidad de Los Andes.

Mediante la cuenta de InstagramJusticiaxCatalina, la mujer relata que la joven entró a estudiar en 2017. “Pasó los primeros 4 años sin problemas, querida por sus pares y profesores. Hasta que en 2022 inició el internado. En un lugar donde está normalizado el maltrato a los internos”, escribió Cors.

Y desde ahí, la madre afirma que iniciaron los abusos: “Su primer internado le tocó una tutora de TO que usaba a las internas para realizar talleres y que las trataba según el ánimo con que amanecía. Lo comentó con su profesora a cargo, pero sin ningún resultado”.

La madre dice que su hija se presentó al examen “sin nota de desempeño y con la exigencia de evaluar a la tutora” previamente. Situaciones que serían “irregulares”, pese a que la Universidad -asegura- estaba en conocimiento. “La evaluó creyendo que no llegaría a ella hasta después. La reprobó”, añade.

“Se fue al suelo”

Ante esto, detalla que Catalina “fue a la dirección a presentar estas situaciones, nadie la escuchó”, luego la joven envió una carta (firmada por la mitad de su curso) relatando las irregularidades. “La respuesta: fueron citadas en forma individual, donde se las acusó de mentirosas”, comenta Cors.

Esto, narra, causó que la estudiante tuviera una licencia psiquiátrica, pero después logró volver a la Universidad, y luego inició su segundo internado, donde -relata- trabajó en horarios y ritmos extenuantes. “También lo informó a su profesora supervisora, quien tampoco hizo nada”, agrega.

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“En las 2 evaluaciones preliminares pasó bien calificada, pero la última semana la tutora se enteró que no tendría internas en próxima rotación, a causa de la cantidad de licencias médicas por salud mental. Un día antes del examen informó que Catalina no podía presentarse porque la encontraba deficiente”, afirma.

Debido a esto, la joven exigió su nota de presentación y su derecho a presentarse a examen. “La tutora la aprobó con un 4, y en ese momento informó que su nota de presentación era un 2 (improbable con dos preevaluaciones buenas). Esta vez se fue al suelo, sin esperanza ni ganas de vivir”, cuenta.

Universidad de Los Andes se pronuncia

“El 16 de marzo de este año la encontré muerta en la mañana, con una nota pidiéndome perdón por no poder resistir tanto dolor”, relata Cors. Asimismo, asegura que por parte de la Universidad no hubo “ninguna investigación”.

Y tras la viralización del caso, la casa de estudios emitió una declaración para informar que “iniciamos una exhaustiva investigación para determinar las eventuales irresponsabilidades. Al mismo tiempo, revisaremos el sistema de prácticas y vínculos con los campos clínicos”.

“Reiteramos nuestro total rechazo a cualquier tipo de maltrato y el compromiso de asegurar un ambiente de aprendizaje respetuoso y amable donde se facilite la escucha, el diálogo y la acogida”, puntualiza el documento.