En la iniciativa, realizada en un ambiente discotequero adaptado a las necesidades de todos, la Universidad San Sebastián, en colaboración con la Fundación Coanil, promovió la integración social y recreativa de personas en situación de discapacidad.
Con la participación de 406 jóvenes neurodivergentes y 89 estudiantes de la Universidad San Sebastián, culminó el Proyecto Colaborativo de Vinculación con el Medio (VcM) Bailar es para Todos. La iniciativa, liderada por la carrera de Medicina, consideró una actividad que promovió la inclusión social y la convivencia en un ambiente discotequero.
A lo largo de un semestre, los estudiantes de Medicina, Educación Diferencial, Kinesiología y Fonoaudiología trabajaron en el desarrollo de habilidades socio-conductuales, mientras que los participantes -usuarios de Fundación Coanil- tuvieron la oportunidad de ponerlas en práctica en la actividad de cierre.
La inclusión social no solo debe ser un principio aplicable en la educación, sino que también debe ser parte de otros espacios de la vida cotidiana. Este proyecto de Vinculación con el Medio buscó derribar las barreras sociales y recreativas que históricamente han excluido a las personas neurodivergentes, brindándoles la oportunidad de experimentar un ambiente discotequero en igualdad de condiciones.
Con el apoyo de estudiantes de diversas carreras, los jóvenes trabajaron en sus habilidades socio-conductuales, motoras y adaptativas, capacitándose para desenvolverse en este entorno. Belén Navarrete, académica de Medicina y líder del proyecto, destacó el éxito de la actividad. “Esta iniciativa nació de una necesidad manifestada por los propios jóvenes de la Fundación Coanil, quienes querían conocer un ambiente discotequero. A través de este proceso, se promovió la integración social y el desarrollo de habilidades adaptativas en un contexto real”, explicó.
“Además, esto ayuda a nuestros estudiantes desde el punto de vista profesional a ser más responsables y a contribuir con la sociedad y la humanidad, a través de la integración y la formación integral, que son parte de los sellos de la USS, basados en el humanismo cristiano”, dijo la académica.
Desarrollo profesional con enfoque inclusivo
El proyecto, que tributó al Programa Territorial Hito Más Comunidad, no solo benefició a los participantes, sino que también ofreció una valiosa oportunidad de aprendizaje para los estudiantes de la USS. Sofía Puente, estudiante de Medicina, valoró la experiencia.
“Tener la oportunidad de participar en actividades de este estilo es algo súper característico y que, en lo personal, destaco de la USS, porque permite un desarrollo más allá de lo académico. Actividades como esta permiten comprender mejor la vida de las personas al margen de su condición, ayudando a generar una visión biopsicosocial más inclusiva”, señaló la estudiante.
Sebastián Olivares, profesor de Educación Diferencial y encargado del área de deportes de la Fundación Coanil, subrayó la relevancia de recuperar estas experiencias tras la pandemia. “Es fundamental que los jóvenes neurodivergentes tengan acceso a este tipo de actividades, ya que buscan fomentar su autonomía. El regreso de esta actividad es un paso muy importante para que puedan desarrollar habilidades sociales en un entorno real”, afirmó.