Se promulgó su causa para ser canonizada, milagro ocurrió en la
Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes de Quilleco
Durante la audiencia concedida hoy al Card. Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el Papa Francisco ha autorizado la promulgación de seis decretos. Dentro de los decretos uno se refiere al milagro atribuido a la beata Vicenza María Poloni, fundadora del Instituto de las Hermanas de la Misericordia, nacida en Verona el 26 de enero de 1802 y fallecida el 11 de noviembre de 1855.
La Congregación de las Hermanas de la Misericordia de Verona dejó una marca profunda en la parroquia Nuestra Señora de las Mercedes de Quilleco, donde sirvieron durante 17 años. Su labor catequética y espiritual trascendió los límites del tiempo, y su legado se mantiene vivo en la devoción comunitaria a la Madre Vincenza María Poloni, fundadora de la Congregación.
Desde mediados de los años 90, estas religiosas, lideradas por las Hermanas Carla, Celina, Gabriela, Serafina e Inmaculata, no solo llevaron la palabra de Dios a los rincones de la comuna, sino que también impulsaron la veneración a la Madre Vincenza como un ejemplo de entrega y amor por los más necesitados. Su misión dejó huellas imborrables, incluidas dos vocaciones sacerdotales: el Padre Alexis Sandoval y el Padre Álvaro Martínez, quienes vivieron de cerca la espiritualidad y la misión de las Hermanas.
El milagro que marcó la diferencia
Uno de los episodios más destacados en la historia de esta devoción ocurrió con Audelia Parra Parra, abuela paterna del Padre Álvaro Martínez. Enfrentándose a una hemorragia interna tras una intervención quirúrgica en Los Ángeles, los médicos no ofrecían esperanzas. En medio de la desesperación, su nieto la encomendó a la intercesión de la Madre Vincenza María Poloni. Lo que siguó fue una cadena de oración comunitaria que llevó a una recuperación milagrosa, catalogada por los médicos como inexplicable.
Este milagro marcó el inicio de un proceso de canonización para la Madre Vincenza, cuyo carisma sigue inspirando a la comunidad de Quilleco y más allá. Incluso recientemente, otra fiel aquejada de peritonitis fue sanada tras ser encomendada a la Beata, reafirmando la fe en su intercesión.
Biografía de la Madre Vincenza María Poloni
Nacida en Verona, Italia, el 26 de enero de 1802, Vincenza María Poloni (Luigia Poloni antes de profesar) creció en una familia profundamente cristiana. Desde joven, demostró un compromiso excepcional con la caridad y la oración. Inspirada por su director espiritual, el beato Carlos Steeb, fundó el Instituto de Hermanas de la Misericordia en 1840 con el carisma de servir a los más necesitados: ancianos, pobres, niños y enfermos.
Su vida estuvo marcada por una entrega total a los demás, especialmente durante la epidemia de cólera, cuando su caridad y ternura con los afectados revelaron un amor divino. Vincenza falleció en 1855, dejando un legado de misericordia y un testamento espiritual basado en la caridad y la reconciliación.
En 2008, el Papa Benedicto XVI la beatificó, consolidando su lugar como ejemplo de fe y entrega.
El carisma que permanece
Aunque las Hermanas dejaron Quilleco en 2013, su legado sigue vivo. La comunidad mantiene viva la devoción a la Madre Vincenza, demostrando que, aunque la presencia física de las religiosas haya cesado, su carisma y acción intercesora permanecen.
Quilleco es hoy testigo de que el espíritu de las Hermanas de la Misericordia y su fundadora trascienden el tiempo, inspirando actos de fe y milagros que fortalecen a la comunidad.