El programa nacional, liderado en la zona macro sur por la Universidad de La Frontera, y que se enmarca en la estrategia nacional #SeamosComunidad ya se encuentra en su fase intermedia de implementación, desde la región de Ñuble hasta Magallanes.
En el marco de la ejecución de la Política de Reactivación Educativa Integral #SeamosComunidad del Ministerio de Educación, en su línea “Convivencia, bienestar y salud mental”, responsables y colaboradores del “Programa Territorial de Convivencia Escolar y Atención en Crisis” de la Macrozona Sur se reunieron en dependencias del Núcleo de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de La Frontera, para dar inicio oficial al trabajo de implementación territorial que se ha desarrollado en el territorio desde Ñuble a Magallanes.
La ceremonia de lanzamiento, realizada en formato híbrido, convocó a seremis, jefes de departamentos provinciales de educación, investigadores e investigadoras expertas, equipos de profesionales y de apoyo, además de contar con la presencia del Coordinador Nacional de Convivencia para la Ciudadanía, de la división de Educación General del Ministerio de Educación, Sr. Juan Pablo Álvarez.
Este programa co-construido entre MINEDUC y la Universidad de La Frontera, institución responsable y a cargo del proceso de implementación, busca atender los desafíos en las relaciones al interior de las comunidades educativas producto de los efectos de la pandemia, además de fortalecer la gestión territorial de la convivencia escolar según lo establecido por la Política Nacional de Convivencia Escolar, aportando de esta manera a la construcción del nuevo paradigma educativo.
La cobertura establecida para la Macrozona Sur, contempla acciones de asesoría y acompañamiento en más de cien comunidades educativas pertenecientes a 26 comunas, desde la región del Ñuble hasta Magallanes.
Para el éxito de esta maratónica tarea, UFRO cuenta con el apoyo y colaboración de la Universidad de Concepción, Universidad del Desarrollo, Universidad Católica de Temuco, Universidad de Magallanes y Pontificia Universidad Católica de Chile, Sede Villarrica, todas universidades socias, de gran trayectoria, expertas en temas de Convivencia Escolar y también con experiencia en intervención en los territorios.
Sobre el impacto de la implementación del programa en la región del Biobío, la Seremi de Educación, Elizabeth Chávez, expresó que “es relevante el trabajo propio con el establecimiento educacional, con su realidad en un comienzo, para después llegar a los estudiantes; y el otro aspecto son las redes comunales o territoriales, si no trabajamos en lo territorial es difícil avanzar, es importante compartir todas las experiencias para seguir aprendiendo juntos, en este sentido poder hacerlo a nivel de Macrozona nos permite relacionarnos, conocernos y desarrollar acciones en conjunto”.
PROGRAMA
El programa es dirigido por el Ministerio de Educación y liderado en la Macrozona Sur por la Directora del Observatorio en Ciudadanía, Convivencia y Bienestar Escolar, del Núcleo Científico Tecnológico en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de La Frontera, Dra. Mónica Bravo Sanzana, quien señala que “uno de los elementos positivos de la pandemia, fue relevar el tema de la salud mental y el bienestar. Vemos, además, una política educativa que apunta a entregar recursos para que podamos ir a atender las necesidades del territorio.
Desde principio de año hemos visto, con la presencialidad en las aulas escolares, que la violencia ha tenido indicadores muy altos y es un tema preocupante, puesto que sabemos que la violencia, de no ser tratada a tiempo, incide significativamente y para toda la vida en el cerebro de los niños, en su forma de aprender y relacionarse, entre otros. Por lo tanto, esta política pública viene a hacer un llamado al bienestar colectivo de la comunidad educativa, y para ello, estamos trabajando de manera innovadora, co-construyendo este programa con el MINEDUC, a través de los representantes del nivel intermedio de la política pública y con universidades que tienen una amplia trayectoria en investigación e intervención. De esta manera, estamos articulando este trabajo con los representantes de las seremias, de las direcciones provinciales, de los departamentos de educación, con los sostenedores, para que este trabajo cohesionado nos permita atender al bienestar colectivo de la comunidad de manera integral, y que anticipe y prevenga la violencia, flagelo que ataca la niñez, infancia y adolescencia”.
Señala la Dra. Bravo que en esta primera fase de implementación se está trabajando con los equipos directivos y de gestión de las escuelas como parte de la estrategia y se decide iniciar con estos grupos debido a que, “la literatura científica ha evidenciado que los cambios significativos y positivos para una buena convivencia y un buen bienestar tienen relación con que sus equipos directivos y de gestión estén capacitados. Que la violencia escolar y sus implicancias no sólo se entienda desde el fundamento teórico, sino que también se esté capacitado para prevenirla, intervenir y conformar equipos colaborativos, que es lo que no había estado sucediendo con nuestra política pública, hasta ahora, donde a partir de un contexto de pandemia se considera la evidencia científica y se trabaja para el bienestar colectivo de la comunidad”.
Comenta el Coordinador Nacional de Convivencia para la Ciudadanía, Juan Pablo Álvarez sobre el desempeño de los equipos de la zona macro sur que, “en primer lugar, los primeros reportes que hemos tenido es que las comunidades educativas han valorado positivamente estos espacios. Sabemos que las comunidades necesitaban tiempos e instancias para poder conversar, dialogar y reflexionar juntos, y en ese sentido creo que ha sido muy positiva la experiencia en la zona macro sur, que ha estado implementándose en las distintas regiones y eso ha permitido ir avanzando, aunque sabemos que son tiempos complejos para una implementación de un programa como éste. En ese sentido, las universidades, en conjunto con los niveles regionales y provinciales del Ministerio de Educación han logrado hacer las adecuaciones y también poder hacer las implementaciones correctas para llevar a cabo este importante proyecto, que sin duda, espera proyectarse en el tiempo”.
El coordinador nacional agrega que “este programa territorial, por un lado, continua con una línea de trabajo histórica del Ministerio de Educación que es la Política Nacional de Convivencia Escolar y las redes territoriales que establecen sus últimas actualizaciones, pero demás genera estos apoyos más focalizados en colaboración entre la academia, los niveles regionales, provinciales del MINEDUC, sostenedores y establecimientos, para poder atender aquellas situaciones más complejas donde se requiere un doble esfuerzo de generar instancias de diálogo.
Este proyecto sin duda va a beneficiar positivamente, la convivencia, el bienestar y salud mental de las comunidades educativas y además nos permite establecer un horizonte de trabajo donde efectivamente atendamos las necesidades desde lo local, en colaboración, interinstitucional e interdisciplinaria y así poder aportar en la construcción de un nuevo paradigma educativo”.