Formaron a profesionales de SAPU y SAR para prestar primera asistencia a personas con riesgo suicida
En coherencia con la formación en noviembre pasado de 26 profesionales de la salud mental de la región como entrenadores de “Gatekeepers” para la prevención del suicidio en la comunidad, este 09 y 10 de diciembre, se desarrolló en AIEP Concepción, la primera Jornada de formación de estos referentes ciudadanos, para fortalecer la detección temprana y entregar una primera asistencia a personas que pueden estar en riesgo de suicidio.
El proceso formativo consideró 28 asistentes, correspondientes a duplas de los Servicios de Atención Primaria de Urgencia (SAPU) y Servicios de Alta Resolutividad (SAR), de la red de atención primaria del Servicio de Salud Concepción.
“Esta estrategia responde a la necesidad urgente de innovar en materia de prevención del suicidio, a través de un enfoque comunitario y descentralizado, que permita a actores sociales relevantes estar preparados para identificar señales de riesgo suicida en la comunidad y conectar a quienes lo necesitan con servicios de salud mental de forma oportuna”, declaró el Seremi de Salud del Biobío, Dr. Eduardo Barra Jofré.
El objetivo general de la iniciativa dice relación con realizar entrenamiento de competencias de detección, apoyo y seguridad de personas con riesgo de autolesiones en servicios de urgencia de atención primaria, del Servicio de Salud Concepción.
“A través de este proceso formativo buscamos instalar en los servicios de alta demanda emocional, como los centros de salud, COSOC, COSAM y otros dispositivos, competencias relativas al uso de instrumentos y estrategias de detección temprana de riesgo suicida, señales de alerta, habilidades de entrega de apoyo e identificación de necesidades específicas y de favorecimiento de acciones de seguridad”, añadió el Seremi. Hay que recordar que estas capacitaciones se basan en el modelo de Detección, Apoyo y Seguridad (DAS) y preparan a grupos específicos en contenidos como: comprensión del fenómeno del suicidio, señales de alerta, habilidades para iniciar conversaciones sobre riesgo suicida, espacios de escucha y contención, planes de seguridad, red de apoyo y autocuidado; modelo de intervención DAS y desafíos éticos, entre otros