Un cierre de año con sentido de comunidad y esperanza: celebraciones navideñas transforman barrios y fortalecen vínculos
Con el espíritu navideño a flor de piel, el Programa Quiero mi Barrio ha logrado lo que muchos anhelamos: crear lazos, compartir y, sobre todo, fortalecer el sentido de comunidad en las tres provincias de la región del Biobío. Más de 6.700 personas, entre adultos mayores y niños, fueron parte de las celebraciones organizadas en este marco, que, en su mayoría, llegaron a familias que, si bien no enfrentan una situación de lujo, viven con dignidad y esperanza en su entorno.
En cada rincón de la región, desde los barrios más urbanizados hasta aquellos más rurales, la magia de la Navidad se vivió a través de actividades llenas de alegría, emociones compartidas y un profundo sentido de pertenencia. Todo, absolutamente gratuito, gracias a la intervención del Programa Quiero mi Barrio, que busca mejorar la calidad de vida de las personas y transformar su entorno.
“Todo lo que organizamos es con el objetivo de unirnos como familias, acá todos llegan con sus hijos,
nietos, los recibimos a todos, porque es una instancia de armonía, de reencontrarnos. Lo más importante es hacer realidad el sueño de los niños, que estén contentos, qué mejor que ver sus caritas cuando ven al Viejito Pascuero. Son cosas que los niños esperan siempre”, dijo Cecilia Pinto, presidenta Junta de Vecinos Los Castaños de Nacimiento.
“La Navidad no solo se celebra con regalos, sino con momentos que nos permiten reconectarnos con
nuestros vecinos, fortalecer nuestras relaciones y reafirmar el sentido de comunidad. Las celebraciones fueron una invitación a disfrutar en conjunto, dejando de lado las preocupaciones del día a día, para recordar lo más importante: que estamos rodeados de personas con las que compartimos la vida”, indicó Claudia Toledo, seremi de Vivienda y Urbanismo.
La programación incluyó desde actividades recreativas y juegos para los más pequeños, hasta talleres
para los adultos y actividades culturales y gastronómicas. Todos los eventos, organizados con el apoyo de los Consejos Vecinales de Desarrollo y actores locales, fomentaron el encuentro y la participación, creando un ambiente donde las familias pudieron disfrutar del cierre de año de una manera especial. “Estas iniciativas son clave, no solo porque acercan la magia de la Navidad a todos, sino porque generan una sensación de cohesión social fundamental para el trabajo futuro del Quiero mi Barrio”, añadió Toledo.
“Cuando llega la Navidad, espero la celebración con entusiasmo porque desde que llegó el Quiero mi Barrio a Pehuén siempre tenemos fiesta. Vengo con toda mi familia, me junto con mis amigos y participamos de los concursos”, expresó Agustín Parada, de 8 años, que vive en Flora Nativa Pehuén
de Lebu.
Las obras de urbanización y recuperación barrial impulsadas por el programa Quiero mi Barrio tienen
un gran desafío: que sean bien utilizadas y cuidadas por las familias. Y es que, cuando las personas se
sienten parte de una comunidad, se comprometen con su entorno, estas celebraciones refuerzan ese
lazo, promoviendo un sentido de propiedad y cuidado del espacio común, que a largo plazo asegura
la sostenibilidad de los proyectos y mejoras en los barrios.
Desde el Minvu indicaron que el cierre del año con actividades como estas es vital para los barrios de
la región del Biobío, ya que permite finalizar con una mirada esperanzadora hacia el futuro, apoyados
por el sentido de comunidad y la solidaridad, pilares fundamentales en los que se basa el Programa
Quiero mi Barrio. Un año lleno de esfuerzo, trabajo conjunto y, sobre todo, la reafirmación de que la
Navidad es una oportunidad para reconstruir vínculos, compartir alegrías y hacer crecer el amor por
lo que tenemos en común.
“Estoy muy contenta porque este Programa llegó a dar alegría a los vecinos, sobre todo a los niños
con la entrega de las bolsitas de dulces para esta Navidad. Estos dos años han sido de grandes
beneficios para los adultos, pero también para los niños que no solo han disfrutado de estas
festividades sino que además de una variedad de talleres enfocados en ellos”, señaló Marisela Corssi,
presidenta del Consejo Vecinal de Desarrollo de Villa San Pedro Evangelista.
Es este el camino que Quiero mi Barrio continúa construyendo: un camino donde la comunidad, la
colaboración y el apoyo mutuo se mantienen firmes, para que cada barrio de la región sea un lugar
donde se viva con dignidad, armonía y esperanza.