Forjando el Futuro: El Legado de Santo Tomás en Los Ángeles
Por Angélica Calderón Matute, directora de Asuntos Estudiantiles Santo
Tomás Los Ángeles
La historia se escribe con la fuerza de la forja, donde el metal se moldea con determinación y visión. En el caso de Santo Tomás, esta labor se traduce en el guiar no solo estudiantes, sino que también en la construcción conjunta de destinos.
Con motivo de la presentación del libro “Tú Puedes”, que conmemora cuatro décadas de la presencia de Santo Tomás en todo Chile, nuestras autoridades nos instan a reflexionar sobre el impacto de esta
institución en nuestra provincia de Biobío.
Santo Tomás Los Ángeles emerge como un faro de oportunidades para los jóvenes locales y de comunas adyacentes. Muchos de ellos, siendo los primeros en sus familias en aspirar a la educación superior,
encuentran en esta institución un camino hacia sus sueños profesionales.
Por esta razón, es crucial que las casas de estudio comprendan y respondan a las necesidades de sus entornos, ofreciendo programas relevantes y accesibles que permitan a los estudiantes completar sus
estudios sin alejarse de sus seres queridos.
La esencia de Santo Tomás reside en una cultura arraigada de servicio, donde el enfoque primordial siempre ha sido el bienestar y el éxito de los estudiantes. Como señala Roger Sepúlveda, rector de las
sedes de la Región del Biobío, la clave radica en poner siempre el foco en los estudiantes, abordando los desafíos con determinación y optimismo.
Este enfoque ha forjado a Santo Tomás como una institución de prestigio en Los Ángeles, marcada por sólidos valores que impregnan a toda la comunidad educativa. Como resultado, nuestros profesionales destacan en diversos ámbitos, llevando consigo el legado de excelencia y compromiso social que caracteriza a Santo Tomás.
En conclusión, el legado de Santo Tomás en Los Ángeles va más allá de la educación: Representa la esperanza, el progreso y la posibilidad de un futuro mejor para las generaciones venideras.
Por eso apelamos a la palabra forjar, que tiene el significado de “dar forma con martillo a una pieza de metal”. Para nosotros, el martillo es Santo Tomás, con sus académicos, docentes, administrativos y los
tomasinos y tomasinas que recibimos año a año son los metales a forjar.
En cada estudiante que se forma y en cada meta alcanzada, se refleja el poder transformador de la educación y el compromiso de forjar un mañana lleno de oportunidades para todos y todas.