Viviana Rivera Bustamante. Docente y Coordinadora Programa Mentoring Inclusivo
Santo Tomás Los Ángeles.

Progresivamente se ven cambios y avances en leyes enfocados al trabajo, educación,
conocimiento y difusión de protocolos que orientan la inclusión, proponiendo diferentes
acciones, que buscan el desarrollo e inserción adecuada de las personas que presentan
situación de discapacidad.

Por la prevalencia e incidencia del autismo en niños y niñas a nivel mundial y los
consiguientes problemas que afectan a los programas a largo plazo en salud, educación,
capacitación e intervención presentados por los gobiernos, es que la Asamblea General de
las Naciones Unidas declara un día en el año (el 2 de abril) como Día Mundial de
Concienciación sobre el Autismo. En esta fecha, desde el 2007, se alienta a adoptar
medidas para concienciar sobre la situación de las personas con autismo.

En la enseñanza superior es común enfrentarse a momentos emocionantes y desafiantes.
¿Pero qué sucede si se presenta la condición de TEA? En ocasiones el entorno puede ser
intenso y requerir habilidades y esfuerzos especiales de parte de los estudiantes.
Argumentando a través del testimonio de una estudiante quiero responder a dicha
interrogante:
“Durante toda mi vida, mi visión de las cosas siempre ha sido diferente. Pero no sabía el
porqué. Hasta que en una interminable búsqueda de algún diagnóstico dieron con el
correcto: TEA.

Cuando obtuve mi diagnóstico, tenía miedo de lo que los demás pensaran. Está la creencia
que las personas autistas se ven y actúan de una manera en particular. Así que nunca lo
dije en voz alta, por lo cual no muchos de mis conocidos saben que soy autista.
Todo fue así hasta que entré a la enseñanza superior. Conté mi condición para que no se
llevaran una idea errónea de mí, como, por ejemplo: crean que soy mal educada por no
escucharlo, por estar con audífonos o no hacer mucho contacto visual. Esto me ayudó a
encontrar amigas quienes me entendieron más que personas que conocía de años”.

Así como ella, en la enseñanza media muchos optan por enmascarar el autismo, esconder
quienes son en realidad para poder encajar. Esto genera que lleguen a la educación superior
con el mismo miedo. Por ello tenemos el desafío de generar las condiciones para que
nuestros estudiantes se sientan con confianza.

“La vida tiene altos y bajos. Considero que, a pesar de todo, mi experiencia en la
enseñanza superior ha sido buena, al principio costó un poco adaptarme. Pude mejorarlo
con el tiempo, hice amigas y tengo personas con las cuales puedo ser yo misma, reír y
llorar”

Queda demostrado entonces que concienciación es empatía, nuestra respuesta y apertura
hacia otros es el camino para que esta experiencia se multiplique.

“Las personas deben aprender sobre nosotros. Aún hay mucha desinformación, el azul y la
pieza de puzle no nos representa. Sé que para ustedes son solo símbolos, pero para
nosotros significa algo más allá, muchos activistas han luchado mucho para que nuestro
símbolo se visibilice: El infinito de oro y para la neurodivergencia como tal, el infinito de
arcoíris. Espero que para las futuras personas que entren a la enseñanza superior puedan
expresarse, SER ellas mismas, ya que no hay nada mejor que sentirse LIBRES”

Se debe considerar que el diagnóstico precoz, la investigación y la intervención apropiadas
son vitales para el crecimiento y el desarrollo de la persona, sin olvidar que es necesario
conocer para comprender. Desde el conocimiento de la singularidad y especificidad del
TEA se podrán comprender sus necesidades, los recursos y apoyos que precisan,
promoviendo su inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.