Retorno a clases y salud mental, ¿Una
relación complicada?
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Me llama la atención que los uniformes y artículos escolares ya estaban siendo
promocionados por el comercio en el mes de enero, tiñendo tempranamente el
ambiente estival de azul marino y camisas blancas.
Por: Laura Gabriela Chamorro Vásquez, Coordinadora del Centro de Atención Psicológica
CAPS y académica carrera de Psicología UST Los Ángeles.
Pareciera que, en este mes se reúnen los ingredientes perfectos para desarrollar síntomas
de estrés, ansiedad o inestabilidad, y ahí radica la importancia de poder anticiparnos a
escenarios complejos y demandantes, proporcionando a nuestros niños, niñas y jóvenes
las herramientas necesarias para abordar los desafíos que implica este nuevo retorno a
clases. He aquí algunas consideraciones al respecto.
Es importante destacar la importancia del cuidado de nuestra propia salud mental como
adultos, para que podamos apoyar el proceso de adaptación que todo niño, niña y joven
enfrenta al cambiar de escenario.
Así mismo, sigue siendo fundamental proporcionar entornos estables y seguros, que
permitan el desarrollo de rutinas y hábitos, tanto de alimentación, recreación e higiene
del sueño.
Estos aspectos permitirán sentar las bases no sólo de las condiciones físicas necesarias
para facilitar procesos de adaptación, sino también cognitivas y mentales para responder
favorablemente a las exigencias académicas.
Por ello es relevante el rol de psicólogas y psicólogos que se desempeñan en el ámbito
educacional, de pesquisar oportunamente posibles rezagos pedagógicos y dificultades en
la convivencia escolar que puedan estar afectando el bienestar de los y las estudiantes.
Por otro lado, es relevante destacar el desarrollo de la esfera social en nuestros niños,
niñas y jóvenes, considerando los antecedentes derivados del último retorno a clases
posterior al periodo de confinamiento por la pandemia, el cual estuvo marcado por
elevados índices de violencia y agresividad tanto hacia autoridades escolares como entre
pares, volviéndose una prioridad para todos los equipos de Convivencia Escolar el velar y
desplegar las acciones necesarias que los protocolos gubernamentales exigen, para
canalizar de forma asertiva las preocupaciones de los y las estudiantes, y de esta forma
disminuir tales indicadores.
Respecto a esto último, cobra relevancia la cultura del “Buen Trato” que apunta a
promover la madurez emocional a través de prácticas y relaciones respetuosas tanto
consigo mismos, como con las demás personas, a fin de prevenir conductas de riesgo
asociadas a la violencia y los malos tratos.
Sobre este punto ¿Cómo vamos a transmitir este valioso mensaje a nuestros niños, niñas y
jóvenes, si como adultos caemos en conductas hostiles y agresivas con los demás ante la
más mínima provocación?, ¿Qué tan evidentes podemos ser para reflejar nuestra falta de
autocontrol y respeto hacia el otro? Ante esta y otras cuestiones, me quedo con un
proverbio chino que reza de la siguiente forma:
“Ser amable es ser invencible”.
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